viernes, 31 de octubre de 2014

Qué pronto ha acabado el curso académico

"Media" foto de archivo del inicio del curso 2014. Ahora, ya lo hemos culminado.
    Francamente, ya me estaba sintiendo cómodo al no escribir con regularidad…, especialmente los días anteriores que han estado muy entretenidos. Sé que hay algunos que están pendientes de las letras que aparecen en esta página, y se los agradezco. Me parece que les ayuda a tener presente el modesto trabajo de este sacerdote y del gran don del Seminario, pues pongo algunas noticias suyas.
     Como humo se ha disipado este curso académico; cuánto quisiera que fuera puro y sagrado como el humo del incienso, agradable a Dios cuando se ofrece con todo el corazón; humo que al menos deja un poco de hollín en las paredes como seña de que algo ha pasado por aquí, del que Dios hace maravillas.
     Hoy se han marchado los seminaristas a sus casas, con la cara muy contenta de poder descansar y ver a sus familiares. Hay tantos proyectos por delante: la convivencia vocacional y el Comgua de la próxima semana; la pastoral de los seminaristas; la preparación del próximo año académico…

     Saludos a todos, amigos.

martes, 21 de octubre de 2014

Karla, de Amatitlán..., ¡qué interpretación!

     Me ha dado mucha alegría este video: Karla Herrarte interpretando en un concurso "Sola otra vez" Karla es de Amatitlán. ¡Qué voz! Que disfruten el video.

Terminando el curso académico

     Escribo para no perder la costumbre, además de contar alguna cosa de nuestro quehacer en el Seminario.
     Esta semana la tendremos de exámenes, además de una cola en los primeros días de la próxima semana. Después, trabajo, para dar tiempo a los profesores a que terminen de calificar los exámenes y poder entregar notas. En efecto, “el peso del día” se va sintiendo, y ya dan ganas de terminar ya; sin embargo, no se trata sólo de terminar, sino de terminar bien.
     Me hace ilusión pensar en que varios de los nuevos Bachilleres del Seminario Menor ya hayan terminado, y ya estén en su casa disfrutando de un buen descanso. Muchos de ellos, según me contaba mi amigo el P. Julito, tienen intención de ingresar al Seminario Mayor. Desde luego que los estaremos esperando dentro de quince días, en que tengamos la convivencia vocacional, la convivencia de los jóvenes que muestran inquietud vocacional y ya estén más o menos preparados para ingresar el próximo 2015.
      Pero también los hay varios que vienen de las parroquias y no han pasado por el Menor. A varios de ellos ya conocemos por las convivencias a las que han venido.
     En fin, vamos a encomendarles para que la decisión suya sea ponderada, ilusionada, contrastada y, sobre todo, encomendada a Dios, quien decide sobre nuestra vida y nuestro camino.

domingo, 19 de octubre de 2014

Un video emotivo

    Llevo un tiempo irregular de escribir en el blog. Esperemos que pase pronto, cuando vayamos terminando el curso académico, que está “alegre”, con suficiente trabajo. Ahora, un video inspirador: ¿cómo compartirá Jesús los quehaceres de nuestra vida? Quizá sugiera una idea este video, que creo haber puesto en ocasión anterior.

martes, 14 de octubre de 2014

Una foto para el recuerdo

     Era el 3 de octubre pasado. Después de la peregrinación a la beatificación de D. Álvaro, ya nos tocaba volver a casa. Después de peregrinar por las basílicas patriarcales en Roma (San Juan de Letrán, Santa María La Mayor y San Pablo Extramuros; la de San Pedro ya la habíamos visitado), fuimos a hacer las últimas compras para traer algún recuerdo de la Ciudad Eterna (por eso las bolsas en la foto). Luego, nos fuimos a despedir de San Pedro, al menos a la plaza.
     Sugerí a mis papás que rezáramos por la Iglesia y el Papa, por sus hijos, mis hermanos, por toda la familia, por todas las intenciones que tuvieran en el corazón. Escuchaba a mis papás murmurar por debajo sus súplicas a Dios.
     Fue un acto de fe. Y lo hicimos explícito, según la sugerencia de los santos: rezamos un Credo, poniendo especial énfasis en “creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica”. Allí nos salía espontáneo completarla, como san Josemaría, con “… y Romana”.
    Y le agradecimos profundamente a Dios por el regalo que estábamos viviendo, por la suerte de vivir en carne propia la unidad y la universalidad de la Iglesia, la suerte de haber nacido y permanecer cristianos, de formar parte de esta Iglesia, Familia de Dios.
     Hubo lágrimas de emoción al despedirnos de San Pedro. Era la última mirada antes de regresarnos a casa, al día siguiente.
     Aunque a la distancia del Papa y de San Pedro —al menos físicamente, porque los llevamos en el corazón—, ahora nuestra vivencia cristiana se ha enriquecido con esta experiencia y queremos servirles más cercanamente.

domingo, 12 de octubre de 2014

En la fiesta de la Virgen del Pilar

Mis papás, rezando ante la imagen de la Virgen.
     Los últimos días han sido para mí de agradecimiento a Dios y a muchas personas por el reciente viaje de peregrinación que tuve con mis papás recientemente, con motivo de la beatificación de D. Álvaro.
     La foto que cuelgo, que no es de concurso, ciertamente, constituye un bello recuerdo de ese viaje.
     La tomé la noche del domingo 28, cuando llegamos a Zaragoza, España. A mis papás, con explicación en kaqchikel, les conté con brevedad la historia de los inicios de la devoción a la Virgen en ese sitio desde los albores del cristianismo: el Apóstol Santiago y la Virgen, el milagro de Calanda, la protección milagrosa de la Virgen el 3 de agosto de 1936 cuando las bombas arrojadas sobre la basílica no explotaron…
    Con devoción rezamos ante la imagen de la Virgen, en la Santa Capilla —me consta: mis padres rezaron por sus hijos, por su familia, por sus amigos, por la Iglesia…; yo hice un tanto igual—, besamos su santo pilar, adquirimos los listones tradicionales de la Virgen, visitamos el resto de la Basílica…
     Agradezco a Dios esa maravillosa experiencia.
El Rosario de Cristal, que el 13 de octubre se reza. Vean el video de abajo.

jueves, 9 de octubre de 2014

Gracias por su cercanía

     Agradezco de corazón las muestras de condolencia que me nos han demostrado a mí y a mi familia durante estos días, por motivo de la defunción de mi abuelo materno Clemente.
     Una muestra siempre bien agradecida es la compañía durante estos momentos dolorosos de la vida. Me comentaba un primo que, al comenzar la procesión hacia la Iglesia, había pocos hombros para cargar el féretro. No, no era que la gente no acompañara, sino que lo ha hecho un poco tarde… Pero, en la Santa Misa hubo mucha gente, una multitud. La procesión hacia el cementerio fue larga y concurrida. Aún con el chubasco repentino y breve con que nos sorprendió la llegada al cementerio, no fue motivo para que la gente se ausentara.
     Además, por los medios de comunicación han sido abundantes las muestras de cercanía y de cristiano acompañamiento, que agradecemos mi familia y yo de todo corazón.
     ¿Qué sentido tiene una vida, un tanto larga, de una persona, como la del abuelo? En algunas partes quizá signifique, incluso, en el peor de los casos, una carga para la sociedad y la familia. Pero, no lo es. Cada vida, tratando de cumplir la Voluntad de Dios en cada momento, siempre es buena en sí misma, querida por Dios. También, la vida de un abuelo constituye fundamento de unidad familiar. ¿Se han dado cuenta que, cuando los abuelos o los papás ya no están en la casa, es difícil que la familia se reúna ya?
     Esto es lo que deseo para mi familia, y la de cada uno de ustedes: la paz y la unidad familiar. Se hace más fácil pedírselas al Señor en estos momentos en que se trabaja en Roma en el Sínodo sobre la Familia, que también encomendamos.

martes, 7 de octubre de 2014

Descansa en paz, abuelo Clemente

    Después de un largo tiempo de no escribir en el blog, después de la singular experiencia de participar de la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo en Madrid y luego estar tan cerca del Santo Padre, y también de estar celebrando hoy la fiesta de la Virgen del Rosario, escribo estas letras en honor de mi abuelo, el último de mis abuelos que quedaba vivo, de nombre Clemente. Falleció anoche, después de unas complicaciones clínicas y una relativamente larga vejez (me parece que llegó a 91 años).
    Su nombre era Clemente. Conozco unos episodios de su vida, tanto por lo que sé de mis papás como de lo que él mismo contaba. Cuando lo tuvimos en casa por una temporada, gustaba de contar sus historias juveniles y los azares de su vida. Gustaba de recordar su época de soldado y de político, y las diversas incidencias —muchas veces divertidas, otras no—, que le tocó vivir.
     Me parece que ha sido una gran oportunidad para practicar la unidad familiar —cuando están papá y mamá la familia está unida— y tener motivos de vivir el cariño propio de una familia y practicar los pequeños servicios para con él, en su caso, de recompensa y agradecimiento por su vida y su trabajo en favor de mis tíos y primos.
    Se cierra un capítulo en la vida de mis papás. En casa están todos tranquilos, con una paz piadosa y manifiesta. Mañana celebraré, Dios mediante, la Misa exequial. Les pido una oración por su alma.
        Descansa en paz, abuelo Clemente.