En un pueblo algo escondido de Guatemala, en San Andrés Semetabaj, Sololá, hay dos conventos de Religiosas. Uno de ellos es el de las Hermanas Misioneras de la Eucaristía, fundada por la Madre Tonia (rip) hace ya casi treinta años. Está formada en su mayoría por mujeres indígenas que entregan su vida a la adoración a la Eucaristía y a la propagación del amor a Ella.
Se ha vuelto ya una tradición que cada 11 de noviembre, aniversario de la partida al Cielo de la Madre Tonia, las Hermanas renueven sus votos o profesen los votos perpetuos. Hoy no es la excepción. Once Hermanas renuevan sus votos, y ocho más harán los Votos Perpetuos.
Esta fotografía es del templo colonial de San Andrés Semetabaj.
Me han invitado a la fiesta, aunque tendré que conformarme con participar de su alegría desde la distancia. Tres de las que profesan votos perpetuos son paisanas mías, a las que he tenido el gusto de conocerlas y encomendarlas durante tanto tiempo.
Siempre estas fiestas me alegran sobremanera, pues son ejemplo maravilloso de entrega generosa, de confianza plena en el Señor: han encontrado un Amor, con mayúscula, superior al amor humano y lo han seguido sin reservas. La entrega de estas religiosas, como la de los que se ordenan sacerdotes, es un claro ejemplo de que los jóvenes son capaces de una entrega que empeña toda la vida, y que sólo entonces son completamente felices.
Felicito a mis tres paisanas. Felicito a las demás religiosas que hacen sus votos, perpetuos unas y temporales otras. Felicito a la Comunidad de Hermanas Misioneras de la Eucaristía. Y junto con esta felicitación mi oración sacerdotal.
Les debo alguna foto
Me alegro de tener noticias de las Hermanas yo conozco a la congregación y tuve la oportunidad de conocer a Madre Tonia.
ResponderEliminarMe alegro de las nuevas profesas.
Rezaré por ellas, y yo les pido que reces por nosotras las contemplativas.
FELICIDADES A TODAS.
Sor Ángela María.