Ésta es la oración por los sacerdotes compuesta por el Card. Ignatius Kung, obispo de Shangai, cuando estaba enfermo y en prisión. Fue condenado en el año 1955 a 30 años de prisión por el gobierno chino, por la única causa de ser fiel a la Iglesia y a la Sede Apostólica.
En este año sacerdotal, es un recurso magnífico.
Dios todopoderoso y eterno, por los méritos de tu Hijo Jesús y por tu amor hacia Él, ten piedad de los sacerdotes de la Santa Iglesia. A pesar de su dignidad sublime, son frágiles y semejantes a los demás.
Enciende, por tu misericordia infinita, sus corazones en el fuego de tu amor. Socórrelos: no les dejes perder su vocación o menguarla.
Oh Jesús, te suplicamos, ten piedad de los sacerdotes de tu Iglesia; de los que te sirven fielmente, cuidan tu rebaño y te glorifican…
Ten piedad de los sacerdotes perseguidos, encarcelados, abandonados, agobiados de sufrimientos.
Ten piedad de los sacerdotes tibios y los que vacilan en su fe.
Ten piedad de los sacerdotes secularizados.
Ten piedad de los sacerdotes enfermos y moribundos.
Ten piedad de los sacerdotes que están en el Purgatorio.
Señor Jesús, te lo suplicamos, escucha nuestras oraciones, ten piedad de los sacerdotes; son tuyos, ilumínalos, fortifícalos y consuélalos.
¡Oh Jesús, te confiamos los sacerdotes del mundo entero, pero sobre todo, cuida a aquellos sacerdotes que me han bautizado y me han absuelto; aquellos que para mí han ofrecido el Santo Sacrificio y consagrado la Sagrada Hostia para nutrir mi alma…
Te confío los sacerdotes que han disipado mis dudas, enderazado mis pasos, dirigidos mis esfuerzos, consolado mis penas; para todos ellos, en señal de gratitud, imploro tu ayuda y tu misericordia. Amén.
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