Venía encomendando desde hace días y esperaba con entusiasmo la venida de un gran amigo, que viene a Pamplona a estudiar la Licenciatura en Derecho Canónico: el P. Chico Góngora.
Ha aterrizado el jueves, después de un viaje un poco cansado. Las vicisitudes de un viaje tan largo no dejaron de presentarse. Lo cierto es que ha llegado muy optimista.
Hoy, sábado, después de darle un fuerte abrazo, hemos ido a dar una buena “paseada” por la ciudad, a mostrarle lo que será su ambiente durante este tiempo por delante que dure su estudio. En medio de la caminada le instruí en menudencias y nos intercambiamos noticias, que fueron gratificantes, sobre todo para mí.
Hemos caminado por la Calle Carlos III, la Plaza del Castillo, el Casco Antiguo –allí nos hicimos una foto de las que he subido– y las murallas de la ciudad; y hemos ido a hacer la rigurosa visita al patrono de la ciudad: San Fermín.
Un ligero contratiempo ha tenido el P. Chico y los seminaristas que han venido con él: ¡les perdieron las maletas! Pero me alegra la buena cara con que llevan este incidente.
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