Comienzo nueva etapa

Así más o menos divisé Guatemala desde el avión. Mi familia me esperaba.

Alguno me lo dijo: “ha sido uno de los días más largos que ha vivido”, y lo decía por el día de ayer, que viajé de España a Guatemala. Recién comenzado el vuelo, atrasé ocho horas a mi reloj, para ajustarlo a la zona horaria de Centro América. Ya trataba de ponerme en sintonía con esta nueva etapa que he comenzado. Un viaje sin incidencias, gracias a Dios, más que las de un viaje normal.

Mientras veníamos cruzando el Atlántico, hacía un rato de oración, con la consideración de los ángeles. No me era difícil imaginármelos, estando a diez mil metros sobre el nivel del puro mar que veíamos abajo… Si cada cual de los que viajábamos en el avión tiene un ángel custodio, ayudarían al avión a mantenerse en el aire, a viajar a esas velocidades monstruosas a que se desplazaba.

Ya he tenido la oportunidad de saludar a los primeros sacerdotes. ¡Comienza nueva aventura! Gracias por las muestras de cercanía y de cariño.