Lc 13,10-17. “A esta hija de Abraham, (…) Satanás tuvo atada durante dieciocho años…” El Diablo existe –y no es una figura para asustar–, tiene nombre, y tiene muchos ángeles a su servicio, llamados “demonios”. No es un invento… Y su labor ha sido la de extraviar a los hombres. Extravía a cuantos puede y cuanto puede. Para que no asuste, algunos le llaman “el mal”; en vez de llamar “pecado” a su influencia en el hombre le llaman “falta”… ¡Hay que llamar las cosas por su nombre!
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