Ayer celebrábamos la Solemnidad de la Anunciación del Señor, una jornada consagrada a favor de la vida, no sólo del no nacido sino de toda vida humana.
El 26 y 27 de marzo del 2010, en Roma, se realizó un Seminario Internacional de estudio con las asociaciones pro-life. El representante de Latinoamérica pronunció las siguientes palabras: “Enfrentamos un modelo de penetración cultural que nos plantea una lucha que se define cada vez más en batallas políticas y cada vez menos en debates académicos (morales o científicos). En otras palabras: ya no se trata tanto de una búsqueda de la Verdad y del Bien común sino de conflictos de intereses” (Carlos Polo Samaniego).
Como relata el libro del Génesis, Dios insufló en las narices del hombre un aliento de vida: toda vida, pues, pertenece a Dios, no sólo la vida del nacido, sino también del no nacido y de la vida que termina.
Aunque son muy duras las imágenes del video que pongo, creo que es importante comprender el horror que supone el aborto.
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