Evangelio del día
Jn 8,51-59. “Quien guarda mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre”. Los judíos, obcecados, pensaban que Jesús hablaba de la muerte natural; Él hablaba de vivir eternamente por su Palabra. Esto se cumplirá, gracias a su Resurrección, en la resurrección de los muertos, aunque ya se cumple cuando el alma está y permanece en gracia: vivo para Dios. El peligro nuestro es quedarnos en la visión material de las cosas y no mirar con los ojos de Dios este mundo. Deberíamos recurrir más a Él.
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