En día de Jueves Santo celebramos el triple don de nuestro Señor a su Iglesia: el de la Eucaristía, el del Orden Sacerdotal y el mandamiento nuevo del amor. En un día como hoy, los sacerdotes nos hemos felicitado mutuamente -he escrito tantos "mensajitos" a los que tengo en mi directorio telefónico-, además de ahondar en las raíces de la vida y misión sacerdotal. Personalmente, he "recargado baterías" para seguir siendo sacerdote. He meditado nuevamente la Carta de Juan Pablo II a los sacerdotes el día de Jueves Santo de 2005, ahora que estamos ya muy cerca de la beatificación del siervo de Dios.
Por este medio también felicito a los sacerdotes de todo el mundo, para que Dios, por la intercesión de la Virgen María, nos conserve fieles a nuestra vocación y misión.
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