A un sacerdote le toca ser protagonista en las celebraciones litúrgicas y de piedad en la Semana Santa. Me explico. El verdadero “protagonista”, sin lugar a dudas, es Dios, es Jesucristo, de quien celebramos la Pascua de su Pasión, Muerte y Resurrección.
Sin embargo, al sacerdote le toca preparar y celebrar los ritos propios de estos días. Había escuchado decir, a un formador, hace algunos años, que la parroquia se constituye “a imagen y semejanza” del párroco. ¡Cuánto me gustaría que estas celebraciones fueran preparadas y celebradas por los sacerdotes “digna, atenta y devotamente” por todo lo alto, pues es el centro del Año Litúrgico!
Pues bien, me han asignado el lugar para las celebraciones de Semana Santa, un lugar a quien le trae gratos recuerdos al P. Bartolo, que quizá vaya a leer estas líneas: San Jorge La Laguna.
Hemos revisado los horarios, hemos preparado la liturgia y lo que se necesita para ello, los lectores y los salmistas están ensayando lo que les corresponde… Por mi parte, también estoy ensayando el Pregón Pascual, uno de los himnos más emotivos y significativos de estas celebraciones.
Mientras, seguiré encomendando a los diáconos Marvin y Edgar, de la Arquidiócesis de Quetzaltenango –cursaron algunos años de su formación en este seminario diocesano– que serán ordenados presbíteros mañana, jueves. Espero asistir a esta Ordenación.
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