En el taller de José |
La mejor forma de celebrar la Navidad,
después de haberla preparado, es pasarla con Dios y con la familia, no me
imagino otra cosa más feliz y provechosa.
La primera está muy a la mano de
cualquiera, especialmente con una buena Confesión y ratos de oración que nos
vayan “ambientando”. La segunda, tampoco es difícil. Incluso para aquellos que,
por tan distintas situaciones, no pueden pasar con sus familiares de sangre,
pueden pasar con otra familia según les haya tocado ahora y lo vivan
alegremente.
Desearía, para todos aquellos que tienen difícil
lo segundo, por las situaciones que sean, que comprendieran bien la primera
parte de la propuesta. Dios llena el corazón. “¡Sólo Dios basta!”, como dijo santa
Teresa.
Dios mediante pasaré la Navidad con mis
padres, suerte envidiable. Desde luego que lo disfrutaré mientras Dios me lo
permita.
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