El Santo Padre ha recordado el viaje que
hiciere Juan Pablo II a Cuba, allá por el año 1998. Fue todo un acontecimiento,
como lo está siendo ahora el de Benedicto XVI.
Desde luego que los políticos no pueden
negarse a recibir al Santo Padre, aunque teman les suceda lo que sucedió en
1989 con la Caída del Muro. La verdad se impone por su propio peso.
Encomendamos el viaje del Santo Padre,
para que sea fortalecimiento para los católicos cubanos, aliento de la fe de
todos, y lección para los que deba ser.
El
Santo Padre como peregrino a la Virgen de la Caridad del Cobre.
La homilía del Santo Padre en la Misa de ayer, en Santiago.
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