Como todo buen diplomático –aunque conozco
muy pocos-, es observador, y un tanto parco para hablar, pues es muy prudente. He
percibido además la finura en sus modos humanos: de una elegancia clamorosa,
una etiqueta bien cuidada. Pero, cuando toma confianza, tiene un gran sentido
del humor.
Después de conocer el Seminario Menor –allí
almorzó-, vino al Seminario Menor, en donde la banda musical de la
Municipalidad le recibió con su arte biensonoro. Luego tuvimos, después de unas
formalidades en la presentación, una plática –una conferencia, la verdad- sobre
el papel del Nuncio en un país. Mostró, con diplomacia, su interés por las
preguntas bien atinadas que los alumnos le plantearon, y mostró su amplio
dominio de la lengua castellana y de su conocimiento de nuestro país,
salpicando las respuestas incluso con buen humor. Después de la Santa Misa,
cenamos con él.
Aunque, desde luego, lo principal fue el
profundo sentido de fe de los que le recibimos, pues sabemos que es el
representante del Papa que venía a visitarnos; la veneración que le mostramos
se la hemos querido mostrar a su función de representar al Vicario de Cristo en
la tierra. Quitando importancia a su gran labor, dijo que “él era representante
del Papa, pero los Obispos son los representantes del mismo Cristo”...
Desde luego, estamos muy agradecidos con
Mons. Paul Richard por su visita, que nos ha llenado de alegría. Hemos querido
mostrarle la adhesión y el cariño que tenemos al Santo Padre.
Para ver algunas fotos de la visita,
pueden visitar el blog del Seminario Mayor, pinchando aquí.
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