Alguien me acusaba de no estar a tono, pues
no había sacado ni una bandera de Guatemala a relucir. Durante esta época vienen
a mi memoria recuerdos de la niñez: la antorcha del 14 de septiembre, portando
la llama de la libertad, en conmemoración de la independencia, que se celebraba
el día siguiente. La antorcha podía ir a “traerse” a cualquier lugar en donde
lo decidiera el director del establecimiento: podía ser más lejos o más cerca.
El 15
de septiembre había que lucir el uniforme del colegio, que, en mi caso, varió
de traje típico a uniforme de cadete. Lo confieso, no me gustaba nada porque conllevaba un fuerte gasto, lo que en la familia no podíamos
permitirnos. Con esfuerzo nos lo conseguían papá y mamá.
Sí me recuerdo de lo cansado que terminaba
ese día, después de toda una mañana de “marcha”, debido al talante militar de
la celebración. A los actos después del “desfile” nadie ponía atención, pero
había que hacerlos. ¿Y qué hay de la “jura” a la bandera? ¿Qué valor tiene?
¡Qué rápido se pasó esa etapa! Ahora, a
levantar el país con lo que nos corresponde hacer.
Los comerciantes están haciendo su “agosto”
en el mes de septiembre. Sólo están esperando que se pasen las fiestas patrias
y..., ¡comienza la propaganda comercial de la Navidad! Ya lo verán...
Me enviaron el enlace del siguiente video: es el himno nacional de Guatemala. ¡Felices fiestas patrias, chapines!
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