Una tradición que se remonta al siglo XVI,
según algunos historiadores, es la que, año con año, se realiza hoy: la
llamada “quema del Diablo”.
Esta tradición precede al día de la
celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. María, siendo
concebida sin mancha, es la aurora, el inicio de la salvación obrada por
Cristo, en Ella ya es vencido el demonio, que tenía aprisionado al mundo bajo
el dominio del pecado.
No es ni mucho menos una tradición de la
Iglesia; simplemente es una muestra del cuño cristiano de nuestra sociedad, que
ojalá tuviera un fundamento más sólido y fuera más consecuente. ¿Es un “pecado”
ambiental? Debemos, ciertamente, cuidar el medio ambiente (pues, sacando todo
tipo de basura de la casa para quemarla en la calle, por la noche, a veces
queman cosas nocivas), pero no hemos de fustigar la práctica.
Ojalá creyeran más en la existencia del
demonio y del daño que hace; ojalá que lo “quememos” no con fuego material sino
con una buena Confesión...
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