lunes, 3 de diciembre de 2012

Novena a la Inmaculada (IV)


CHRISTE, AUDI NOS

     Cuando Salomón con todo su pueblo ofreció grandes sacrificios al Dios de Israel, se le apareció el Señor y le dijo estas palabras: Yo desde el Cielo atenderé a tu pueblo, y le seré propicio. Ciertamente fue grande esta gracia y esta promesa. Pero semejante promesa hace Cristo a su Madre, porque promete este Señor oír y atender siempre desde el Cielo los ruegos de todos aquellos que son verdaderos devotos de esta amable Señora, y de serles propicio en todas sus cosas y negocios.

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