Fra Angelico: "Conversión de san Pablo" |
Hb 4,12, pasaje que leímos en la primera
lectura de la Misa, dice: “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y
más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre
el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos
y pensamientos del corazón”.
Y yo me pregunto: ¿cómo es, entonces, que
no siempre llega al corazón?, ¿cómo hay algunos que la escuchan, que la
escuchamos, y quedamos indiferentes? ¿Será que no es suficientemente eficaz y
penetrante?
La respuesta, hasta cierto punto, es
obvia: nuestros pecados retardan la gracia y la eficacia de su palabra en
nosotros.
En este Octavario, ¿por qué no nos
decidimos tú y yo a buscar más a Dios y enfrentarnos con el diablo, que huirá
de nosotros (cfr. St 4,7)? Creo que confesarnos, confesarnos bien, podrá ayudar
un poco más al acercamiento de los cristianos –primero, nosotros- y a la unidad
de la Iglesia.
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