Me encantó una consideración que he
meditado hoy, que relaciona a María con la unidad de los cristianos. Muy aprovechable,
quiero compartirla con ustedes:
“La Iglesia nació en cierto modo con
Cristo y creció ya en la casa de Nazaret juntamente con Él, puesto que la
Iglesia, en su realidad invisible y misteriosa, es el mismo Cristo místicamente
desarrollado y vino en nosotros. Y María, por su divina maternidad, es Madre de
la Iglesia entera desde sus comienzos. Todos formamos un solo Cuerpo, y María
es Madre de ese Cuerpo místico. ¿Y qué madre va a permitir que sus hijos se
separen y se alejen de la casa paterna? ¿A quién recurrir con más seguridad de
ser escuchados que a Santa maría, Madre?” (Hablar con Dios, VI, meditación 10).
Santa María, Madre de la unidad, reúne a
tus hijos en un solo hogar, pues ésta es la Voluntad de tu divino Hijo.
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