Un saludo cordial a los religiosos -hombres y mujeres-, en este día de la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, jornada de la vida consagrada.
Es una gran alegría que todavía Dios siga bendiciendo a su Iglesia con abundantes vocaciones a la vida religiosa, que ofrecen su ser -alma y cuerpo- para la gloria de Dios y el servicio a los hermanos. Han descubierto al Amor de los amores y se han entregado totalmente a Él.
Dios los bendiga.
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