Repito esta graciosa y
reconfortante experiencia de piedad, la veneración de los santos. En los días
de la Octava de Navidad tuve la oportunidad de venerar las reliquias del
Hermano Pedro en su paso por mi parroquia, Patzicía.
En efecto, el 7 de diciembre comenzó la
peregrinación de estas reliquias en la Diócesis, para conmemorar el Año de la
Fe. Fue la misma parroquia del Hermano Pedro la que fue primera anfitriona; a
partir de entonces, ha ido pasando unos tres o cuatro días en cada parroquia. Ahora,
toca la peregrinación a su fin, pues ésta es su última semana.
Ahora, las reliquias están en el
Seminario, como muestran las imágenes. Ayer la trajimos en procesión de
Catedral, pues la parroquia nos la ha entregado. Estará todo el día aquí –con un
breve rato de veneración por parte de las Hermanas, en su casa. Mañana,
solemnidad de San José, hacia media tarde, lo llevaremos en procesión al
Seminario Menor, que estará de fiesta por San José. El día 20, según tengo
entendido, irá a la parroquia de Parramos, la encargada de llevarla a La Antigua
Guatemala, en donde se veneran las reliquias mencionadas.
Desde luego, aprovechamos para también
conocer la admirable vida de nuestro amado Hermano Pedro.
Las reliquias, en la capilla de nuestro Seminario. |
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