Esta vez, a manera de labor de apostolado,
hemos rezado el Via Crucis con nuestros vecinos, en las calles de alrededor de
las instalaciones del Seminario. Hemos repetido la exitosa experiencia del año
pasado: los seminaristas salieron a invitar a algunas casas para disponer y
organizar las estaciones.
Uno de los padres comentaba: “hemos conocido
a gente que ni pensábamos vivían cerca de nosotros”. El viernes próximo, Dios mediante,
rezaremos el Via Crucis con la feligresía de la parroquia, pues el itinerario
suele venir a concluir en el Seminario Mayor. Espero poder hacer algunas fotos
también.
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