Monumento AL NIÑO NO NACIDO
plasma el dolor del aborto en mujeres.
El joven escultor Martin Hudáčeka
presentó un monumento al niño no nacido, que permite ver el dolor y el
arrepentimiento de las madres que se someten a un aborto, y el perdón del nuevo
ser a quien no se le permitió vivir.
El artista ha logrado plasmar un
maravilloso equilibrio entre dolor y amor; entre la agonía de la madre y el
consuelo del niño; entre el arrepentimiento de ella y el perdón de él. La
imagen deja en el corazón una profunda ternura hacia la madre y su hijo. Pero
¿por qué el autor quiso emplear el vidrio en el caso del niño? Tal vez para
evocar el alma pura y transparente del niño no nacido que parece decirle:
«Mamá, no llores más. Mírame, aquí estoy. Desde el cielo podré amarte y hacer
por ti todo lo que no pude en la tierra».
La idea de la obra surgió de un
grupo de mujeres jóvenes madres que conscientes del valor de la vida y del
inmenso daño que ocasiona el aborto.
La pregunta sin respuesta es ¿Y
dónde está el padre?
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