¿Cuánto cuesta esta invitación? Para muchos,
unos pocos centavos, si reparan en el material con que está elaborada (papel y
tinta), quizá poco vistosa. Para los que la reciben, según el grado de afecto
que tengan con el protagonista, puede valer mucho más, pues remite a la persona
que se la ha enviado. Pero, para los que han logrado alcanzar una meta como
ésta, vale un montón. Sólo Dios sabe cuánto esfuerzo ha costado: familiar,
económico, psicológico; muchos días de esfuerzo y desvelos, de nerviosismos y
fatiga, de constancia y fidelidad, aunque a veces tengan ganas de tirar la
toalla.
Después de esto, ojalá sigan estudiando y
puedan servir mucho a la gente con el empleo que, Dios quiera, logren
conseguir.
Una cuantas letras para felicitar a quienes
se graduaron en Chimaltenango, según los datos que ofrece la invitación, especialmente
a quien me la envió: S. Noemy. Dios los bendiga y premie sus esfuerzos.
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