En el 22 aniversario de la beatificación
de San Josemaría Escrivá, quien tanto habló del tema, les planteo la pregunta:
¿Qué es la santidad?
Como decía el mismo santo, se habla mucho
del tema pero no se sabe definir. Es que tampoco es fácil.
Hoy meditaba sobre el tema, a propósito
del evangelio de la Misa (Jn 14,7-14): “Si me han conocido a mí, conocerán
también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto. (…) Quien me ha visto a
mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo
estoy en el Padre y el Padre en mí?”
Podríamos definir la santidad como VIVIR
EN DIOS, vivir en CONTINUO TRATO AMOROSO con Dios.
Es lo que decía el Santo Padre en la
Audiencia del Miércoles pasado: “Cuántos hombres y mujeres —nosotros no
conocemos sus nombres— que honran a nuestro pueblo, honran a nuestra Iglesia,
porque son fuertes: fuertes al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo,
su fe. Estos hermanos y hermanas nuestros son santos, santos en la
cotidianeidad, santos ocultos en medio de nosotros”.
Santos, pues, de a pie, normales, como tú
que te esfuerzas por vivir de cara a Dios, sin aparato ni ser estrambóticos.
¡Bendita vida cotidiana en la que podemos encontrar a Dios!
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