miércoles, 21 de mayo de 2014

Si haces favores, te los devolverán…

     El miércoles, suele ser día de cumplir encargos para mí. Eso me ha dado oportunidad de encontrarme con muchas personas y confirmar que hay buen espíritu en todas partes, que hay mucha gente buena en cualquier sitio.
     Además de mis alumnos de Sagrada Escritura, a quienes voy conociendo mejor, encontré caras conocidas en donde suelo llevar el carro para que le den su chequeada y que no me dé problemas, en vista de que, en ese campo, nos moriríamos de hambre (al no saber nada). Aunque podría decir que es su deber, pero me tratan siempre con amabilidad con escasa excepción.
      Allá también, en donde tuve que recoger una ayuda en especie para el Seminario. Abriéndome camino y haciendo nuevas gestiones, me han atendido bien y pronto, dándome indicaciones para que me resulte más rápida y amena la gestión.
     Entre los sacerdotes es común que nos comiencen problemas con el estómago debido a la gastritis, pues solemos descuidar las horas y los hábitos de alimentación. Aunque sea escaso inmediato del resultado, traté de cuidarme y no dar ocasión a dar más trabajo a los médicos. Así que me fui a almorzar. No soy muy amigo de ir a almorzar solo en un sitio público, pero alguna vez lo hago. Esta vez me animé. Saludé a los comensales vecinos con un “buen provecho”. Uno de ellos —con su esposa, me pareció— me saludó más deferentemente, aunque sin acercarse. Ordené y traté de almorzar pronto, pues tenía otros encargos. Cuando iba a medio almuerzo, aquel amable vecino levantó la mano para decir adiós, y le correspondí. Cuando pedí la cuenta, me dijeron que ese amable vecino había pagado la cuenta, que incluía también un dulce como postre…
     ¿Han sentido ustedes un profundo agradecimiento por algo que les han hecho? Sin duda. Pero, lastimosamente mi bienhechor ya se había marchado… Francamente, me quedé abrumado, muy agradecido. Busqué con la vista a mi benefactor pero, como es lógico, ya no lo encontré.
     Hice el propósito de encomendarle en la Santa Misa para corresponder a ese favor. Desde luego, yo he tratado de hacer también otros favores.
     Ciertamente, mucha gente, de manera desinteresada, hace tantos favores, comenzando por las mamás… ¿Se recuerdan de aquel video que puse por el día de la madre?
     Dios premie a tantos que bienhechores anónimos.


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