Estamos en el día internacional de la mujer. Una felicitación cordial para todas las mujeres, con el propósito de todos de darles su lugar, quererlas como lo que Dios las quiso, igual en dignidad al hombre, cumplir su misión en la Iglesia, en el mundo, en la sociedad y en la familia.
Esto es lo que escribió san Josemaría en una entrevista que le hicieron:
La mujer está llamada a llevar a la familia, a la sociedad civil, a la Iglesia, algo característico, que le es propio y que sólo ella puede dar: su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla, su tenacidad... La feminidad no es auténtica si no advierte la hermosura de esa aportación insustituible, y no la incorpora a la propia vida (Conversaciones, 87).
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