En cierto sentido, este post es continuación de la entrada de ayer, sobre "comenzar y recomenzar". La imagen del Papa riéndose es recurrente, frecuente. El Santo Padre es espontáneo y "normal". Sí, al Papa le gusta gastar bromas y contar chistes.
Ciertamente, a veces los sacerdotes somos algo cascarrabias, pero, como dicen algunos, "en el fondo son buenos..." Además de disculparnos un poco, ¿qué dicen si pedimos por ellos?
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