miércoles, 6 de mayo de 2015

En la reciente fiesta patronal de Santa Cruz Balanyá

     El domingo pasado, 3 de mayo, tuve el privilegio de celebrar la fiesta de la Santa Cruz en Santa Cruz Balanyá. El párroco, el famoso P. Boanerges, me invitó presidir la Santa Misa, y yo aceptó con sumo gusto. Concelebraron el párroco y el P. Adrián, originario del lugar.

    Saludar a la gente, ver caras conocidas, me hizo recordar aquellas actividades de evangelización que realizamos de seminaristas y de sacerdote, este servidor, en esta querida parroquia. Sí, me parece que fue en los años 1994, 1997 y 2001 -del último año me recuerdo con seguridad- en que, con el grupo de seminaristas procedentes de Patzicía y Balanyá, organizamos una semana de pastoral en cada ocasión. Rezamos por la mañana el Santo Rosario (la última vez, siendo sacerdote, aproveché a confesar a todos los que querían), fuimos a las casas a visitar a los feligreses y a visitar a los enfermos; por la tarde tuvimos reuniones y catequesis; por la tarde-noche teníamos otras actividades -en la última oportunidad, celebramos la Santa Misa cada día-... En fin, nosotros, los que dirigíamos, salimos ganando.

     Me recuerdo de la piedad y sencillez de la gente, de su cariño, de su testimonio cristiano.

     Con los años, recientemente, se ha convertido en parroquia, esta comunidad que pertenecía a la parroquia de Patzicía. Ahora tiene párroco. La comunidad cristiana se ha ido reforzando. Ahora tienen el proyecto de la construcción de un nuevo templo parroquial, pues el que tienen se ha quedado pequeño. Que les salga grande y bonito, digno de Dios y de un pueblo como Balanyá.

     Dios bendiga a los amigos y hermanos de Santa Cruz Balanyá.


Durante la doxología final. En primera plana, el P. Adrián.
La fachada de la actual iglesia parroquial.

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