Desde la derecha: Elmer, Simión y Nicasio, el día de su ordenación diaconal |
¡Cuánta teología han estudiado estos jóvenes! Sin embargo, no serán ordenados sacerdotes por su inteligencia o por lo que aprendieron, sino porque fueron llamados por Dios y porque se formaron llegando a ser aptos para el efecto.
Tampoco serán ordenados sacerdotes porque alcanzaron la perfección humana y cristiana; todos andamos en la lucha. Pero se presume que alcanzaron la suficiente madurez para ser pastores del Pueblo de Dios.
No se asegura su fidelidad: por parte de Dios sí; por parte de cada uno, con la ayuda de Dios y su lucha, también. Rezaremos por ellos para que sean fieles, por supuesto.
Con alegría y esperanza estamos prestos para el día de la ordenación. Confiamos a nuestra Señora de los Dolores -Patrona de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango- su perseverancia y los frutos de su ministerio.
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