Después de unos quebrantos graves de salud, Perla falleció hace dos días. Hoy, después de celebrar la Misa exequial, acompañamos sus restos mortales al cementerio.
Dios sabía de sus luchas. Siendo consciente de sus limitaciones, Perla fue emprendedora: además de ayudar en la junta directiva de la iglesia, que tenía el proyecto de la construcción del templo, y la formación de los fieles, también acababa de graduarse en la Universidad. También tenía trabajo, por supuesto, en donde era muy querida, y estaba estudiando inglés... Dios sabe en qué más cosas estaba metida, ayudando.
La conocí cuando, en aquella Semana Santa, me acompañó a visitar enfermos. La conocían todos los enfermos.
Hoy celebramos la Misa exequial. Al terminar la celebración y sacar a hombros el féretro, la gente, conmovida, se puso a aplaudir, a manera de despedida. Lo mismo sucedió en el cementerio. "¡Cómo quería la gente a Perla!", pensé...
Dios le conceda el descanso eterno. Creo que ya está en el Cielo... Y los justos están donde está Dios...
Y a su querida familia, a quien le tengo mucho cariño, Dios les dé el consuelo y la paz.
Ella era Perla. |
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