Mencioné a cuatro: Santa María (Madre de Dios y Madre nuestra) San José, San Miguel Arcángel (mi santo patrono) y San Josemaría Escrivá. Pero, le dije también, por encima de ellos está la Eucaristía, el amor a Jesús Sacramentado.
En la conversación me comentó esta persona que había cierta alma devota que, al ser preguntada por sus santos de devoción, trajo consigo las varias y varias estampas de santos que tenía. "¿Les reza al menos una oración diaria?", le preguntaron. Y se sonrió, porque llevaría mucho tiempo hacerlo diariamente.
En efecto, caía en la cuenta lo que cierto santo decía: unas pocas devociones, pero constantes. Además, los cuatro santos que mencioné arriba los siento conmigo continuamente y les invoco; además de invocar con frecuencia a los familiares y amigos que murieron y me pueden ayudar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario