Ayer considerábamos la parábola del hijo pródigo (Lc 15,11-32). Hoy, un video.
¡Si pudiéramos retroceder en el tiempo! ¡Si pudiéramos volver atrás para enmendar nuestros errores! ¿Y si pudiéramos –en el momento de la muerte– echar para atrás? Pero no se podrá. ¡Ahora es el momento de cambiar!
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