Lc 13,18-21. “¿A qué se parece el Reino de Dios? (…) Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta”. La semilla crece, tiene encerrada en germen la vida; crece y crece; pero necesita que se la cuide, que se la ayude a crecer. Cada uno ha de cuidar esa semilla de la palabra de Dios en nuestro corazón.
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