He recibido algunos mensajes felicitándome
por el día de la amistad o día del cariño, y se agradece el gesto, desde luego.
Como comentábamos hoy con unas personas
amigas “de experiencia”, esta celebración se ha vuelto muy comercial, como varias.
No se trata, claro está, de minusvalorar
la amistad y los gestos que conlleva su celebración. No me gusta la amistad
sensiblera o sentimentaloide de algunas manifestaciones; prefiero el cariño y
el amor sacrificado, que se practica y se demuestra todos los días en pequeños
servicios. Además, me gusta la verdadera amistad probada por la dificultad: si
resiste, es buena y verdadera.
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