Un hombre preguntó a un sabio si debía
quedarse con su esposa o su amante… El sabio tomó dos flores en su mano: una
rosa y un cactus… Y preguntó al hombre:
― Si yo te doy a escoger una flor, ¿cuál eliges?
El hombre sonrió y dijo:
― La rosa, ¡es lógico!
y el sabio respondió:
― A veces los hombres se dejan
llevar por la belleza externa o lo mundano y eligen lo que brille más, lo que
valga más. Pero en esos placeres no está el amor. Yo me quedaría con el cactus,
porque la rosa se marchita y muere. El cactus, en cambio, sin importar el
tiempo o el clima, seguirá igual, verde con sus espinas, y un día dará la flor
más hermosa que jamás hayas visto. Tu mujer conoce tus defectos, tus
debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y, aun así, está contigo…
Tu amante conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu sonrisa, por
eso está contigo, ahora dime hombre con quien te quedarás…?
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