Es la foto oficial de los formadores que hemos asistido al Encuentro. |
Entre el día de ayer y hoy, hemos tenido
un intercambio de experiencias entre formadores de los seminarios de Centro América.
Hemos tenido conferencias, todas acerca de la formación de los futuros
sacerdotes y la nueva evangelización, sesiones en grupo ―me
tocó ser secretario en tres sesiones―, oración...
Con los años me doy dando cuenta que las
experiencias y preocupaciones de los formadores, en todos lados, son muy
semejantes, pues nuestra gente es similar, viviendo en el mundo actual.
No es que nos hayan metido miedo al reconocer
la situación actual, que exige mejor preparación de los candidatos al
sacerdocio, pero sí que es serio. No es que no me haya dado cuenta ―a veces me
embarga la preocupación―, pero estas experiencias me lo ponen delante más conscientemente.
Eso sí, no sólo somos los únicos, sino que
a Dios le interesa el tema ―si se puede hablar así―; es decir, es Él quien
quiere que se atienda a la gente, es Él quien llama a los futuros sacerdotes,
es Él el protagonista de la formación y el sustento de los sacerdotes.
Por eso, el elemento divino ―el principal―
es irrenunciable. En este punto, todos pueden ayudar.
Aunque
el trabajo ha sido un tanto arduo, se ha llevado con sumo ánimo y buen humor. He
podido saludar a antiguos y a nuevos amigos. Mañana, según el programa, un poco
de descanso.
Saludos, amigos.
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