Leer las
palabras del Santo Padre que pronunció ayer, antes del rezo del Angelus, me
iluminó. No había caído suficientemente en la cuenta de que el pecado no es un
ente en sí, una cosa, sino un alejamiento de Dios, una fractura de la comunión
con Él. Éstas son las expresiones utilizadas por el Santo Padre.
“En vista de esta maternidad, María fue
preservada del pecado original, o sea de aquella fractura en la comunión con
Dios, con los demás y con la creación que hiere profundamente a todo ser
humano. Pero esta fractura fue sanada anticipadamente en la Madre de Aquel que
ha venido a liberarnos de la esclavitud del pecado. La Inmaculada está
inscrita en el diseño de Dios; es fruto del amor de Dios que salva al mundo. Y
la Virgen jamás se alejó de aquel amor” (palabras del Santo Padre en el Angelus de ayer).
¿Qué harías si pudieras escoger a tu
madre? Decía san Josemaría que hubiéramos escogido a la que tenemos y la
hubiéramos llenado de todos los dones de los que fuéramos capaces. ¿No harías
tú eso? Pues, el Hijo de Dios sí podía hacerlo y lo hizo. El argumento
patrístico teológico es similar: Dios lo vio conveniente, podía hacerlo, luego,
lo hizo…
Según nuestro calendario litúrgico, hoy
celebramos a la Inmaculada Concepción. Honremos a María, Madre nuestra, en esta
Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
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