Algún rato
tengo para revisar el portal de algunos amigos, tanto en páginas como en su
muro en Facebook.
Trato de
aprender algo de ellos pero, en “algunos” casos, aprendo que debo escribir
cosas que sirvan a los demás, más que una expresión de desahogo que no interesa
a nadie. Cuando mis amigos se quejan de algo, a veces de forma amarga y triste,
aprovecho para encomendarles.
También aprendo
que debo tratar de ser positivo a la hora de escribir algo y no criticar,
aunque no pocas veces me den ganas de hacerlo. Aunque más trabajoso, prefiero
ayudar a construir y no a destruir, que resulta más frecuente y fácil. Ustedes son
conscientes de que, aunque esté en nuestras manos, preferimos dejar de lado lo
bueno y juntarnos con el montón que se limita a señalar.
Una cosa más,
que he tratado de tomar muy a pecho dentro de mis limitaciones: tratar de
escribir bien, sin abreviaturas perezosas y vicios de deformar la correcta
escritura. ¡Cómo cuesta escribir correctamente! NUESTRA ESCRITURA DICE MUCHO DE
CÓMO SOMOS.
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