Habíamos de celebrarle, porque la mamá -también papá- son el punto de unión de la familia y los hermanos. Nosotros tenemos muchos motivos para dar gracias a Dios por la vida de ambos.
Aprovechando la ocasión, y teniendo la oportunidad, les he ofrecido la imposición del Escapulario de la Virgen del Carmen, explicándoles la responsabilidad que supone pero, a la vez, las gracias con que la Virgen no protege maternalmente durante nuestra vida terrena y después de ella. Desde luego, todos se "apuntaron".
En fin, ha sido un gran día, un día muy alegre. ¡Felicidades, mamá! Que Dios te bendiga siempre.
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Perdón por la mala resolución; es la foto que me salió de ese momento alegre de apagar las velas del pastel. |
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