¡Cuánta alegría ser padre! -Un amigo mío me contaba que va a ser papá por segunda vez. ¡Felicidades!-. Pero qué terrible cuando llega la adolescencia.
Hace pocos días apareció en un diario (prensa, informativo…) la historia de un padre de familia de estos contornos que, había dado un “tortazo” a su hijo porque se había peleado con unos niños. Unos policías fueron testigos del hecho y lo denunciaron, y tuvo que pagar la consiguiente multa. Unos días después llegó a la comisaría con su hijo, de unos diez años, y le dijo a un policía que eduque a su hijo, porque él lo había intentado de todas las formas posibles y no obedecía, y les dejó plantado al niño. Lo denunciaron después por abandono. Afortunadamente para este papá no prosperó el cargo.
Entonces, ¿cómo educar a los hijos? Las leyes en España “protegen” del maltrato al niño, pero los padres y los educadores ahora se ven desprotegidos porque no pueden corregir a los hijos, y si intentan hacerlo son denunciados.
¿Quién no recuerda un "tortazo" de sus papás? ¡Y cuánto les estamos agradecidos ahora por corregirnos!
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