Olor a tierra y a yerba mojadas, después de un chaparrón. Suelen decir también por aquí que “febrero es loco y, marzo, otro poco”. A varios no gusta el clima cambiante: tan pronto hace un viento como si se hubieran liberado mil demonios, como empieza a llover, como ha sucedido hoy, y algún otro día del mes. También hay días muy buenos…
Hay días “malos”, para que haya días “buenos”. Hay que sacarle lo positivo a cada uno. La lluvia me hizo correr un poquito mientras iba de mi lugar de trabajo a mi siguiente lugar de trabajo: el confesonario de la “casa vecina”, es decir, del convento de religiosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario