Formando un "club de los tecolotes", nos hemos levantado algunos para ver, a hora intempestiva, la transmisión en directo de la Misa de Clausura de la JMJ en Madrid. El Santo Padre ha incentivado a los jóvenes, como lo ha estado haciendo en todo momento y en estas jornadas también, a mirar más alto, a aspirar a la perfección de la vida cristiana, ¡a ser santos!, en definitiva, a no contentarse con una vida mediocre en la entrega.
Yo confío en que muchos abran los ojos en estas jornadas, en muchos sentidos, y especialmente en la dimensión vocacional. Suele ser providencial para muchos descubrir, en este evento, su vocación sacerdotal o religiosa. Confío en ello y se lo pido a Dios.
La JMJ ha sido un maravilloso testimonio de la unidad de la Iglesia. Ahora queda rumiar los mensajes del Santo Padre y sacarles provecho en lo personal y en lo pastoral, a lo que invito también a los que lean estas líneas.
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