¿Han visto ustedes películas de terror o han leído literatura del mismo género? Alguno dirá: ¡mejores cosas tengo qué hacer!
Después de un buen tiempo –porque lo tomaba por partes–, he conseguido terminar una fascinante obra clásica de literatura: “Drácula”, del escritor inglés Bram Stoker. Poniendo por escrito la leyenda del vampiro de tal nombre, entreteje, a base de fragmentos de diarios personales, una historia sobrecogedora y fascinante.
Habiendo leído antes la saga de Harry Potter, me impresionó que haya motivos precedentes de esta historia en la de Drácula –¿no le habrá copiado?–, por ejemplo: la lucha entre el bien y el mal; los valores de la amistad y la lealtad, por una parte, y la recurrencia al mal por el bando contrario; la marca en la frente de la señora Mina (Drácula) y la cicatriz de Harry; el castillo de Drácula en que se libra la última batalla y el castillo de Howarts en que también se libra la última batalla entre Harry y Voldemort…
He disfrutado de la lectura. Pero también, como en toda lectura literaria, he aprendido de gramática, sintaxis, vocabulario, expresiones… ¡Siempre habrá que sacar tiempo de donde no hay para leer, que tanto bien hace para la cultura y la formación!
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