¿Qué piensan ustedes? Los medios de comunicación han recalcado la mayor participación de votantes en las recientes elecciones de gobernantes del país. Algún artículo incluso era bastante optimista en afirmar que indica una ansia del pueblo en participar en el destino de la nación y una inquebrantable fe en que el sistema democrático puede salvarse.
Desde luego que iré a votar en la siguientes elecciones, la segunda vuelta en noviembre, en vista de que en la primera vuelta ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta de votos. Quiero ejercer mi derecho, pero también mi obligación de buen ciudadano para elegir a los gobernantes, a pesar de que alguno me ha expresado su extrañeza de que los sacerdotes también votáramos.
¡Decide bien tu voto! |
Ahora bien, me encuentro en una encrucijada, casi impotente, de elegir entre uno u otro, y que no convencen nada. Uno es un antiguo militar, señalado de un pasado horrible, acusado, con o sin fundamento, de delitos de lesa humanidad. Otro, a la vista demagogo y populista, que, sin un plan serio, avienta lo que la gente quiere oír. ¿Qué haré? Encrucijada que no sé cómo resolver. Tengo algún tiempo para decidir, y confío en que Dios, en mi conciencia, me ilumine para no colaborar con el mal.
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