En un ambiente ameno y familiar, D. Juan Luis Bastero ha pronunciado unas conferencias sobre Mariología, su especialidad. Si bien, en la tarde de ayer la conferencia versó sobre la Mariología en general y su lugar en la Teología, incentivando a los seminaristas a estudiarla, la mañana de hoy la conferencia se trató del status quaestionis de la ciencia mariana, después de haber explicado el desarrollo de la mariología en el siglo XX, especialmente alrededor del Concilio Vaticano II.
No sé si lo había estudiado, pero nos ha explicado las dos corrientes, dos puntos de vista desde los que se estudia el tratado de la Virgen María, que pugnaron durante el Concilio y están aún latentes en la actualidad. Se trata de la visión cristotípica y la eclesiotípica. La primera trata del estudio de las prerrogativas marianas desde la cristología, es decir, la relación estrecha entre María y Cristo; la segunda estudia la persona de la Virgen desde la Eclesiología. Aunque esta segunda perspectiva es más ecuménica, sin embargo adolece de abusar de la analogía en la interpretación del papel de la Virgen María en la historia de la salvación.
Al final, concluía D. Juan Luis que ambos puntos de vista son complementarios y no excluyentes; uno ha venido a completar la otra. Además, habló de la necesidad de la profundización del estudio del estatuto teológico de las apariciones marianas, frecuentes a partir de 1830.
Yo estoy especialmente agradecido a D. Juan Luis por su visita. Ha sido un verdadero gusto volver a verle y saludarle.
Abajo, dos momentos de la tertulia que tuvimos con él en el Seminario.
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