Un grupo de jóvenes vino a buscar a un sacerdote para que preguntarle su opinión sobre el impacto económico del uso de las drogas en la sociedad. Una primera vez fue a mí; ayer ya vino un grupo más grande y quería entrevistar a tres sacerdotes: lo lograron sin mucho esfuerzo…
Supuse que los otros –con el escaso tiempo que les dedicaron– sí habían tocado el tema directamente. Yo aproveché a hablarles sobre el uso de las drogas en la medicina, sobre lo que pienso de las causas de la drogadicción (falta de educación, familias divididas, padres irresponsables, ambiente de disfrute y consumismo, vacío de ideales y exceso de egoísmo…) y, al final, les solté alguna cosa sobre el dinero que mueve la economía y sobre la necesidad de la educación. Además, que al drogadicto hay que tratarle como un enfermo y no hay que marginarlo…
En fin, creo que los pobres jovencitos tuvieron una nube de ideas y algo de mareo por tantas cosas escuchadas.
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