Hoy nos quedamos con “los colochos hechos”. Ésta es la expresión que se suele usar cuando una persona espera a alguien, o le tienen prometida una cosa, y al final no se realiza. Eso sucedió ahora. Esperaba a un sacerdote que prometió hace algunos días venir a celebrar la Santa Misa en el Seminario y no lo hizo.
Me hice el propósito de, al menos, avisar que no llegaré, si me retrasara o cambiara de planes, sobre todo pensando en la libertad en que dejaría a mi anfitrión.
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