En la columna de María del Rosario Molina, en la sección de Cultura de Prensa Libre aparece este interesante artículo sobre algunas expresiones escritas que pueden estar escritas incorrectamente. Hay que hacer un esfuerzo continuo por no dejarse llevar por la moda en la expresión, ni hablada ni escrita. He tomado el artículo entero.
Con alegría he leído que ya casi nadie escribe las “ONGS” o las “ONG’s,” cuando se refiere a las organizaciones no gubernamentales, sino correctamente las ONG, pues sucede que las siglas no tienen plural. También se está usando la abreviación EE.UU. que es la adecuada, y no E.U.A. En cuanto a las décadas, “estaba de moda” darlas por finalizadas en su penúltimo año —igual que los siglos y los milenios— v.gr. en el 2009, pero ya ahora he leído a varios columnistas que dan por terminada la primera del siglo XXI en el 2010, y esa es la forma indicada de contar. Y a ese propósito ha aumentado en los periódicos el uso de “los años sesenta” o “en la década de 1960”, y no ese detestable “en los años 60’s”. Aunque “pasar desapercibido” es un galicismo que algunos aceptan, incluido el Diccionario panhispánico de dudas, muchos reporteros y columnistas escriben con toda la corrección del caso “pasar inadvertido”. ¡Felicitaciones a todos ellos!
Lamentablemente los gazapos superan a los aciertos. Se llevan el número uno los pronombres átonos dativos (complemento indirecto u objeto indirecto) de 3ª. persona “le/les” que no tienen género, pero sí número. Constantemente leo: “Le digo a mis lectores”, en lugar de “les digo a mis lectores”. Si a quien me dirijo, o le doy algo es a una sola persona lo indicado es “le”: “Le enseño gramática a mi nieto”, pero si es a dos o más debe ser “les”. “Les enseño gramática a mis nietos”. Esa duplicación del objeto indirecto (le/nieto, les/nietos) no es de ninguna manera inadecuada. “Le” se usa en España desde tiempos inmemoriales, para el masculino singular. La nueva gramática no recomienda su uso en plural, pero en Hispanoamérica se ha extendido como plaga para sustituir a “la/las” y “los” y eso es inaceptable. Hay quienes lo hacen por descuido y quienes por creerse “muy salsa” (muy entendidos, modernos o elegantes).
El número dos se lo lleva la falta de concordancia: “Ventas de fin de año alarga las temporadas” he leído por allí, en algún periódico en un titular: Lo correcto es: “Ventas de fin de año alargan…”, pues el número del núcleo del sujeto (excepto en ciertas contadas excepciones) debe concordar con el núcleo del predicado. Esas concordancias de excepción merecen capítulo aparte.
Otra falta de concordancia es usar un verbo en singular, referido a plurales en la voz pasiva: “Se acepta libros usados”. ¡Qué caramba!, si son libros se aceptan. La voz pasiva, transformada a pasiva refleja se usa mucho en nuestro idioma, pero no tiene por qué parecerse a la pasiva (de primera) del inglés. En eso se nota cuando un traductor no domina la gramática de los idiomas que vierte.
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