Presencié la siguiente conversación:
– Es muy importante ubicar la existencia en determinada forma de vida, es decir, alcanzar la realización de la vocación, cumplir la Voluntad concreta de Dios para cada uno.
– Pero más importante es cumplir bien la vocación “genérica” de ser cristianos, de ser hijo de Dios.
– Es cierto. A veces decimos que no tenemos tiempo para Dios. Me estoy refiriendo en concreto a la oración: ¡cómo le dedicamos tiempo a tantas cosas!, que son necesarias, es cierto, pero la oración que es tan necesaria para el alma la dejamos a un lado. ¿Tendremos “cara” para presentarnos ante Dios y tratar de justificarnos diciendo que no hemos tenido tiempo para Él?
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