Atendiendo la petición de un amigo sacerdote, el P. Nicolás Sac, y aprovechando el descanso que nos dieron los seminaristas al ir a visitar a sus familias, este fin de semana fui a Cantel, Quetzaltenango, a atender la parroquia, pues el señor párroco atendía un “Cursillos de Cristiandad”.
Hacía tiempo que no celebraba tres Misas en un día, y de dedicar más tiempo a atender a los feligreses en una parroquia. El ambiente y el público me ayudan a que la predicación sea más llana; tuve tiempo para platicar con los “directivos” que se acercan, a ungir a algún enfermo, a bendecir a los niños, a animar a algún decaído, a confesar a quienes lo pedían, a bautizar a un niño, a “casar” a unos novios…
Bendita labor de los sacerdotes, que llevan la gracia de Dios a los feligreses. ¡Cuán consolados quedan quienes van a buscar algún consuelo en el sacerdote! ¡Cuánta fe en el sacerdote! Todo es motivo de acción de gracias.
Unas fotos de Cantel, con su magnífica iglesia colonial dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles.
Una foto algo antigua de la iglesia. |
La iglesia, en la actualidad. |
Una parte del pueblo, camino opcional de Quetzaltenango a Retalhuleu. |